Un vampiro es, según la cultura popular de varios países, una criatura que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo.
Orígenes del mito
Probablemente la figura del vampiro presente en el folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, proviene de la necesidad de representar uno de los arquetipos primordiales, según la concepción de Carl Jung, como "La sombra"; es decir los instintos ocultos y oscuros y así sería la encarnación del mal como entidad; pero posiblemente el mito básico conexo con esta figura es el de la sangre como fuente de poderío o vehículo del alma, combinado con el temor a la muerte, a la depredación, o la fascinación por la inmortalidad. Algunos estudiosos del vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia o la porfiria.
Etimología
Probablemente la figura del vampiro presente en el folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, proviene de la necesidad de representar uno de los arquetipos primordiales, según la concepción de Carl Jung, como "La sombra"; es decir los instintos ocultos y oscuros y así sería la encarnación del mal como entidad; pero posiblemente el mito básico conexo con esta figura es el de la sangre como fuente de poderío o vehículo del alma, combinado con el temor a la muerte, a la depredación, o la fascinación por la inmortalidad. Algunos estudiosos del vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia o la porfiria.
Etimología
La palabra "vampiro" viene de las lenguas eslavas (del alemán vampir, que se deriva del polaco temprano vaper y éste a su vez del eslavo arcaico oper; con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa). Significa a la vez "ser volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélago.
Sinonimia
Otros nombres son vurdalak (ruso moderno), vrolok (eslovaco), strigoï o strigoiul (rumano moderno), vampir o vukodlak (serbio), upiro (polaco), nosferatu (del griego nosophoro (νοσοφορος), portador de enfermedad) vampyrus (latín) y Kyuuketsuki (吸血鬼) o Kuei-jin en japonés.
Características y atributos
Hombre disfrazado de vampiro. Se pueden observar los característicos colmillos largos y puntiagudos.
La descripción de estas criaturas varía de autor en autor, de mitología en mitología. La mayoría de las ideas acerca de vampiros que forman parte de la cultura popular contemporánea quizás provengan de la novela Drácula de Bram Stoker, y las películas de cine basadas en ella, como Nosferatu y Drácula de Bram Stoker; pero en tiempos recientes las variaciones imaginadas por los autores de la nueva literatura sobre el tema y de los comics o de diseñadores de videojuegos, que incluso contradicen las características tradicionales, es posible primen en la cultura popular juvenil actual, dado el influjo publicitario de la industria que está detrás de estos medios.
Las siguientes son el conjunto de características que les han sido atribuidas, siendo importante resaltar que tan solo un par de éstas serían las esenciales y comunes en el folclore general, mientras que otras son parte de las creencias de ciertas regiones y otras son atributos originados en licencias literarias o necesidades dramáticas.
Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos.
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también consumen su carne. Antiguamente, en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre. Actualmente algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los perpetradores de acoso laboral o "Moobing".
No se reflejan en los espejos. Esto no se cumple con el vrykolakas griego, que sí se refleja en ellos.
Se pueden alejar con ajo, pues lo odian por su fuerte olor. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
Los vampiros por su naturaleza siniestra o demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o agua bendita.
Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápido pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
En cuanto al aspecto:
Poseen largos y puntiagudos caninos (colmillos) y su piel es muy pálida y fría.
Según algunas culturas, un muerto desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado.
En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas.
En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.
Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o niebla. Sin embargo, la forma que más referenciada ha quedado en la cultura popular es la del murciélago.
Aunque en general se supone que la luz del sol mata a los vampiros, en algunas culturas los vampiros no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos se habla de vampiros que habían viajado a otro pueblo y llevaban una vida normal. En la novela de Bram Stoker, Drácula, el vampiro puede caminar bajo la luz del sol, si bien sus poderes se ven seriamente mermados durante el día.
En algunas zonas de Centroeuropa, existe la creencia de que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal y deja embarazada a su esposa. De esta relación nacía un niño de características especiales (que varían en cada región), que se conocía como dhampiro.
Proyecta sombra, aunque la mueven a placer y según la acción que realicen. Algunos, sin embargo, no poseen dicha sombra.
Algunos, sin sangre, pueden sufrir de amnesia por un momento.
Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, capaces de dominarla con mucha más facilidad que el hechicero humano más diestro.
Sinonimia
Otros nombres son vurdalak (ruso moderno), vrolok (eslovaco), strigoï o strigoiul (rumano moderno), vampir o vukodlak (serbio), upiro (polaco), nosferatu (del griego nosophoro (νοσοφορος), portador de enfermedad) vampyrus (latín) y Kyuuketsuki (吸血鬼) o Kuei-jin en japonés.
Características y atributos
Hombre disfrazado de vampiro. Se pueden observar los característicos colmillos largos y puntiagudos.
La descripción de estas criaturas varía de autor en autor, de mitología en mitología. La mayoría de las ideas acerca de vampiros que forman parte de la cultura popular contemporánea quizás provengan de la novela Drácula de Bram Stoker, y las películas de cine basadas en ella, como Nosferatu y Drácula de Bram Stoker; pero en tiempos recientes las variaciones imaginadas por los autores de la nueva literatura sobre el tema y de los comics o de diseñadores de videojuegos, que incluso contradicen las características tradicionales, es posible primen en la cultura popular juvenil actual, dado el influjo publicitario de la industria que está detrás de estos medios.
Las siguientes son el conjunto de características que les han sido atribuidas, siendo importante resaltar que tan solo un par de éstas serían las esenciales y comunes en el folclore general, mientras que otras son parte de las creencias de ciertas regiones y otras son atributos originados en licencias literarias o necesidades dramáticas.
Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos.
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también consumen su carne. Antiguamente, en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre. Actualmente algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los perpetradores de acoso laboral o "Moobing".
No se reflejan en los espejos. Esto no se cumple con el vrykolakas griego, que sí se refleja en ellos.
Se pueden alejar con ajo, pues lo odian por su fuerte olor. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
Los vampiros por su naturaleza siniestra o demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o agua bendita.
Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápido pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
En cuanto al aspecto:
Poseen largos y puntiagudos caninos (colmillos) y su piel es muy pálida y fría.
Según algunas culturas, un muerto desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado.
En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas.
En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.
Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o niebla. Sin embargo, la forma que más referenciada ha quedado en la cultura popular es la del murciélago.
Aunque en general se supone que la luz del sol mata a los vampiros, en algunas culturas los vampiros no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos se habla de vampiros que habían viajado a otro pueblo y llevaban una vida normal. En la novela de Bram Stoker, Drácula, el vampiro puede caminar bajo la luz del sol, si bien sus poderes se ven seriamente mermados durante el día.
En algunas zonas de Centroeuropa, existe la creencia de que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal y deja embarazada a su esposa. De esta relación nacía un niño de características especiales (que varían en cada región), que se conocía como dhampiro.
Proyecta sombra, aunque la mueven a placer y según la acción que realicen. Algunos, sin embargo, no poseen dicha sombra.
Algunos, sin sangre, pueden sufrir de amnesia por un momento.
Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, capaces de dominarla con mucha más facilidad que el hechicero humano más diestro.
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